Estresante.
No me gusta hacer música, no es lo mío. Esta clase en verdad fue eso: estrés. Pero claro, no todo fue tan malo. Había más personas un poco perdidas como yo y con ellas me pasé la mayor parte de la clase riendo un poco de vez en cuando. Por otro lado, las "presentaciones" que se hicieron al final de la clase estuvieron buenísimas, en especial la de los instrumentos de cuerda que fue realmente alucinante y generó un ambiente mágico, y un silencio expectante indescriptible.
Me recordó una vez que estuve en una banda psico-sonora como intervención artística en el metro.
Me recordó una vez que estuve en una banda psico-sonora como intervención artística en el metro.
Y no sabía qué decir cuando me preguntaron por la experiencia... estresante, otra vez.
Que suerte que no hay más clases de música en la planificación.